- Déjate de chorradas y métela ( lo siento los preliminares me ponen nerviosa cuando se alargan)
- Uy!!!Yaaaa!!!! Así síiii. (bueno, por ahora, creo que digo un sí)
- Luego depende de la postura que vayas adquiriendo en la refriega, pero suele haber muchos exabruptos tipo: Joder qué rico o dale fuerte cabrón que es para eso ( se suele insultar mucho al otro, no entiendo muy bien por qué); así como algún tipo de adverbio de cantidad muy conocido: más.
- Luego, si pasas al dominio de la cuestión: empiezas con el ahora me toca, te vas a enterar (insultos varios); así es como me gusta; quieto ahí que mando yo; no te lances que te veo.
- Ahí puedes pararte e intentar el beso de Singapur y para eso, muy concentrada, no dices nada hasta que mandas todo a la porra, lo verbalizas incluso, para luego seguir gritando exabruptos metiendo a Dios por medio, a tu madre y a quien te venga a la mente.
- Y entonces, notas algo y empiezas ahí, ahí, dále ahí (sí, hay orgasmo vaginal). De repente, no dices nada hasta que explotas con un suspiro creciente.
domingo, 5 de mayo de 2019
LA SEMÁNTICA DEL COITO
Dándole vueltas al comentario de Cayetana sobre cuánto
decimos las mujeres sí o no, me puse a pensar sobre lo que yo digo. Cuestión
nada fácil, puesto que cuando estás metida en la faena, una no se entera muy
bien de lo que dice o hace, estás a lo que estás. Pero más o menos,
recapitulando un poco, cuando empieza la pelea por conseguir cada uno lo que
quiere, la cosa, en mi caso, empieza claramente, aunque el lenguaje puede cambiar de una ocasión a otra.
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