viernes, 30 de junio de 2017

MASTERCHEF O LA COCINA DE HOMBRES

¿En qué punto nos hemos perdido? A ver. El otro día, pudiera ser ayer, (ando un poco espesa con las vacaciones de los niños) hablaban en la Cadena SER de la final de este programa, apostaban por una señora. Ha ganado el hombre. Apostaban por Edurne porque, como señaló una contertulia, había que reivindicar el espacio de la mujer en la cocina porque siempre había sido patrimonio de las mujeres. Afirmación que me puso los pelos de punta, porque yo renuncio a ella en cuanto puedo.

Con todos los respetos, nos ha costado mucho salir de la cocina como para volver a entrar en ella. Bien es cierto que no es lo mismo la cocina por obligación que por devoción. Es lo que les ha pasado a los hombres que cocinaban de vez en cuando y dejaban todo patas arriba de cacharros. Algunos van aprendiendo a cocinar y recoger después.

A mí no me molesta que los hombres entren en los espacios tradicionalmente reservados a las mujeres, lo que pasa es que siempre se invade aquello que es más cómodo. Por eso, el siguiente paso que deberían hacer es pasar a ser camareros de piso en los hoteles, por ejemplo. Mientras, nosotras a invadir los espacios reservados tradicionalmente para los hombres, los cómodos, por supuesto, como directivas.

Lo dicho, prefiero que cocine y me sirva la comida un hombre y si puede ser con sólo el delantal puesto y nada más. De lo otro me encargo yo.

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