martes, 31 de marzo de 2020

CONSEJOS PARA LA CUARENTENA


Esta mala mujer no entiende la cascada de consejos sobre lo que podemos hacer esta cuarentena, que si manualidades, que si gimnasia, que si cocina…
¡De verdad hemos perdido la cabeza? Vamos a ver. Hay algo importantísimo que no solemos hacer habitualmente, algo imprescindible para el equilibrio emocional, único, inusual, sencillo, maravilloso, nada práctico, pero aconsejable: vaguear, holgazanear, tocarse…la barriga, racarse   el pie, vegetar, mirar al techo, no hacer absolutamente nada, nada de nada.

Como dice mi hija en algunas ocasiones con un acento que voy a intentar reproducir:  “OHHHH, qué senzaccionnnn” (casi que la oigo).
Oigan, disfruten de no hacer nada en algún momento; hagan lo básico por una vez, lo cual implica no dejar para el sábado lo que se pueda hacer hoy (el que pueda). Ese es el consejo de una mala mujer.
Pero hay algo que una mala mujer no puede dejar de pensar: en aquellos que temen por su futuro, por el día a día sin una economía que les sustente. 
Eso, cierto, no hay forma de obviarlo,  aun rascándose la barriga.

lunes, 30 de marzo de 2020

A CUATRO PATAS


No, el confinamiento no mejora el orden de una Mala Mujer y menos con niños. Ayer fue uno de esos días en que te ves desde fuera haciendo algo tan sumamente caótico y disparatado que tienes que reírte de la situación. Me pasa muy a menudo, pero esta vez mi hija me acompañaba, pero sólo por divertirse.
Estábamos buscando el cortaúñas. Este elemento tiene su historia anterior: desapareció hace dos semanas y lo encontramos, tras días de búsqueda, cuando se me encendió la luz y vi, claramente, donde podía estar: en el suelo. No me pregunten por qué ése es un lugar donde buscar cosas. Les remito, si quieren, al misterio del Ketchup de este mismo blog.
En suma, estábamos buscando por el baño al mismo tiempo que yo relataba lo que iba encontrando. En la cesta de los cepillos del pelo: cepillos, peine, dos caramelos y una pinza de ropa. Luego anduvimos por el salón, la cocina… Mi hijo, adolescente, con cierta cabeza, nos recordó que ya había desaparecido hacía dos semanas. Cierto, lo sabíamos y lo habíamos encontrado en el suelo. Así que madre e hija nos pusimos a cuatro patas buscando por el suelo empezando por el baño. Cuando nos vimos ambas en esa posición, nos miramos y empezamos a reírnos como locas pensando qué puñetas hacían dos caramelos en la cesta de los cepillos y, sobre todo, qué hacíamos ambas a cuatro patas.
El susodicho todavía no ha aparecido. Será puñetero.

viernes, 27 de marzo de 2020

HACER FAMILIA


Estaba yo ayer inspirada y se me ocurrió decirles a mis hijos: “esta época de cuarentena tenemos que aprovecharla para hacer familia”. Quien ha seguido este blog sabrá que la nuestra va por libre en cuanto a normas y convencionalismos: comemos a distinta hora, de forma aleatoria y revolucionaria, somos independientes y caóticos y, a veces, tanto monta Isabel como Fernando; o lo que es lo mismo, unas veces me toca a mí decir lo que se debe hacer y otras me corrigen.
Al hecho. Tras decir la frase hacer familia, me encuentro liada haciendo la comida en mi cocina revuelta y en mi locura, preguntándome y respondiéndome sobre qué echar o no como condimento; enseguida van apareciendo por allí mis vástagos picando de aquí y allá como moscas. Yo ya tenía bastante con hacer la comida, así que exclamo (por decirlo bien) “largaos de aquí que me distraigo”. Y claro, suele pasarme que debo callarme con mis hijos porque me contestaron con buen criterio: “mamá, ¿no había que hacer familia”.

Cachis! Si es que no paran de darme zascas, y lo que me queda.