miércoles, 19 de julio de 2017

TENEMOS CIERTO INSTINTO ANIMAL

Debo reconocer que me gustan más los tipos macarras, pero también me apetece unirme al fervor por los uniformes que se da en nuestro sexo, mucho más que en el masculino, aunque también. No lo digo yo, hay encuestas y estudios al respecto, aunque los mismos dejan abierta la cuestión sobre la razón por la cual se produce esto.

En realidad creo que es un fervor imaginario colectivo femenino con el que jugamos y nos echamos unas risas. Sin embargo, ¿de dónde viene ese fervor? ¿Será de cuando los hombres se iban como guerreros a la lucha? Todos motivados y ansiosos por demostrar su fuerza ¡Anda ya! La mayoría tendría miedo. Pero se nos queda la imagen peliculera, de fuerza, de macho protector. Si es que nos va eso, en cierta forma, lo del tipo que se comporta como tal, donde debe, no vamos a especificar, y fustigándote verbalmente, eso sí; pero también como un tierno gatito en los aspectos habituales de la vida. Que nos va la marcha ¡Vamos! Ahí se nos olvidan las diferencias sociales.

Que el instinto animal sigue en nuestros genes para ciertas cosas, aunque algunos hayan querido dominarlo mediante moralidades varias y excesivo puritanismo.

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