martes, 6 de febrero de 2018

UNA DE CONEJOS O....


No sé si han visto conejos en el campo. Yo muuuchos; cada día me cruzo o se cruzan conmigo, no sé muy quién lleva la iniciativa. Mi trabajo me lo permite. Y claro, de noche, por los caminos, en la furgoneta del Ministerio, sola, te da por pensar en el comportamiento de estos pequeños animales y no lo haces de forma razonable, sino con elucubraciones mentales que no vienen a camino. Porque, vamos a ver: ¿en qué están pensando estos animalitos que siempre esperan a que llegue la furgoneta para pasar? ¿Están apostando a ver quién lo hace más difícil, a ver quién se complica más la vida, en sentido literal de la palabra?
Los veo en la cuneta, atentos, sentados, esperando y cuando llego, pasan, no uno, sino varios, corriendo, nadie saben hacia dónde ¿Acaso sus progenitores les han dicho: cuando veas la luz pasa? Y luego está esa manera tan estresante de correr ¿Para qué corren tanto? ¿Dónde van? Si tienen la hierba debajo de sus pies. No me extraña que Alicia se volviera loca persiguiendo al conejo.
Pensándolo bien, quizás no haya muchas divergencias entre nosotros y los conejos.

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