martes, 14 de abril de 2020

NO SIGO INSTRUCCIONES

Me contaba una amiga desde su balcón, mientras yo paseaba al perro, que había descubierto la termomix durante la cuarentena. La tenía desde hacía tiempo pero no la había utilizado. "Se puede hacer de todo, me decía,  con instrucciones de lo que hay que hacer". Yo no pude más que responder lo que es una realidad: “soy incapaz de seguir instrucciones”.
No es que se me dé mal la cocina, tampoco bien; cocino unos cuantos platos y no me saques de ahí. He intentado seguir alguna receta pero, entre que ponen ingredientes que nunca he comprado, proporciones que no sé cómo medir (mis utensilios son otra cuestión, más bien escasos) y que al segundo paso ya me pierdo, me agobio y me canso, acabo haciendo lo que me viene en gana. Mis recetas son de meter todo y que se haga solo. Luego se me olvida y tengo que salir corriendo a ver si sigo teniendo comida.
Tengo testigos. Mi hijo me pilló un día en la cocina, haciendo algo, creo que una carne en salsa. Cuando cocino, y en otras muchas ocasiones, suelo hablarme y, lógico, me vio en plena faena: “y si echamos un poco de esto y otro poco de aquello, a lo mejor”… Se fue diciéndome, si es así como cocinas… Cierto que después tuvo que callarse y me dijo que estaba bueno. En eso son muy agradecidos, no les queda otra.
Lo curioso es que cuando me hablo en la cocina no me contradigo, mientras que en otras cosas suelo rebatirme. Posiblemente sea porque en la cocina no tengo argumentos.

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