martes, 28 de febrero de 2017

UN DILEMA DE MALA MUJER Y MADRE


Hoy en la Cadena Ser hablaban sobre situaciones en las que los padres se veían condicionados por sus hijos. Eso lo oímos mucho las malas madres, sobre todo cuando son adolescentes: “mamá, no hagas eso, mamá no bailes, mamá no cantes, mamá no saltes”. Pero llega un momento en el que ni los hijos logran condicionarte. Cierto que llegas a planteártelo, pero te empuja algo desde dentro. Llegas a una edad en la que nadie puede decirte qué narices tienes que hacer. Ahora estoy en ese punto.

Hace unos años, cuando mi hijo era pequeño, tenía por aquel entonces entre siete y ocho años, se me ocurrió actuar en el final de curso de su colegio. La actuación fue memorable, parodié una canción de Camilo Sexto con una letra inventada. Mi hija, que ahora tiene siete, quiere que su madre haga lo mismo con ella, que le dedique una canción. Inocente ella.

Así que lo someto a su consideración, aunque ya les digo que luego haré lo que me dé la gana, si es que me dejan hacerlo desde la Asociación de Padres, que a lo mejor no. Pero por intentarlo que no quede. Ya tengo pensada la canción y la letra está en la mente. Luego las consecuencias no las tengo muy claras, pero yo sé que me lo paso en grande y los demás también ¿Qué hay de malo?

miércoles, 22 de febrero de 2017

LA MATÉ PORQUE ERA MÍA

Una mujer más ha muerto por esa sentencia. Su ex pareja planeó esperarla para saltar ambos por los aires. Se aseguró de que el niño no estuviese ¡Menos mal! Algo de afán de supervivencia.

Pero está claro que ese afán de posesión, ese hasta que la muerte nos separe, ha hecho mella en muchos hombres y, no niego que, quizás, en algunas mujeres.

Una actitud que, además de estar anclada en la moralidad, me sugiere, en cierta forma, otras reminiscencias. Se trata de una actitud poco evolucionada: la lucha de un macho por una hembra, mientras ella permanece a la espera. Decide la fuerza.

Sin embargo, el hombre ha evolucionado y la mujer hoy sí decide. Las mujeres hemos evolucionado y decidimos con quién o con quién no queremos estar y de qué manera. Eso cuesta asumirlo, por algunos. Pero tendrán que hacerlo, si no quieren quedarse atrás. Los seres racionales evolucionamos. Otros aún están estancados en su moralidad y en su animalidad.

lunes, 20 de febrero de 2017

VAYA TORPE PARA SER HOMBRE!

Así se debió quedar... el pobre
Las malas mujeres damos la vuelta a los estereotipos. Ya ni nos enfadamos con ellos. Nos reímos de ellos. Y es así fue como hace dos días el tópico al volante de “mujer tenía que ser” se convirtió en mis labios, de repente, si  pensarlo, en un “vaya torpe para ser hombre”. Surgió así, de sopetón, mientras miraba cómo un hombre conducía su coche marcha atrás y yo le observaba obligada, pues tenía que esperar a que se colocase de alguna manera para poder salir con mi coche. Por supuesto, dentro se me fue dibujando una medio sonrisa socarrona. Creo que se dio cuenta porque aún falló un poco más y su rostro reflejaba algo de inquietud. Supongo que la misma surgiría de mi cada vez más expresiva mirada. Porque, como imaginarán, estaba disfrutando rompiendo estereotipos y es que a mí se me da muy bien aparcar marcha atrás, es decir, de culo. ¡Qué contrasentido!

 


miércoles, 15 de febrero de 2017

SACAR Y METER NO ES TAN FÁCIL

Quién haya leído el diario recordará que el 12 de agosto me puse a arreglar una persiana. La persiana funciona perfectamente, pero hay algo que no ha vuelto a su sitio. El caso es que saqué los perfiles que sujetan el cajón, (ya no llevan tornillos) y todavía siguen sin poner. No por vagancia, que algo hay, lo reconozco, sino porque no entran. Me puse un día a ello y nada: a mi me da que han crecido porque eso no cabe. Probé de un lado, de otro. Nada, que no hay forma. Por mucho que me digan que hay que presionar, ahí falta espacio, por lo menos medio centímetro. Y claro, si presiono, a ver luego cómo lo quito cuando tenga que arreglar la persiana.
Y eso me hizo recordar que eso suele pasar con ciertas cosas, sobre todo esas que van en bolsas ¡Oye! Que las sacas y ya no hay forma de que vuelvan a entrar en la misma bolsa.
¡Macachis! ¡Qué lastima! No se qué técnica tendré que utilizar para volver a meterlos donde corresponde. A los perfiles me refiero.

viernes, 10 de febrero de 2017

LA DIETA DE LA MORCILLA

Hay quienes hacen la dieta de la alcachofa, la dieta del pomelo, la dieta Dukan. A mi me ha tocado la dieta de la morcilla. Me explico. Hace uno días fui a donar sangre y por primera vez me dijeron que no tenía suficiente en circulación Y yo des decía: “pero si estoy bien, que en un cuerpecito pequeñito como el mío no cabe lo mismo que en uno grande”. Pero la cosa con la sangre no debe funcionar así y el contenido debe ser el mismo sea como sea continente.

Me dieron un papelito con alimentos ricos en hierro y hete aquí que me encuentro con que la morcilla es el que mas tiene ¡Toma ya! Por supuesto que me gusta, pero no podía dejar de pensar en el ataque de las morcillas asesinas del 9 de septiembre del pasado año.

Así que saqué las armas de mala mujer y he ido inventando fórmulas para atajar el ataque: macarrones con morcilla, arroz con morcilla, guisantes con morcilla, tortilla de morcilla y el mejor invento: morcilla al microondas ¡Vayan aprendiendo, señores cheff, que no tenemos tiempo para tan rebuscados platos. Ya sé, ya sé que no es muy ortodoxo, pero quién ha dicho que yo lo sea.

sábado, 4 de febrero de 2017

RESPETO A SAMANTA

Me sorprende cómo han reaccionado muchas mujeres, mujeres sobre todo, al cometario de Samanta Villar sobre la maternidad y como ésta te quita calidad de vida. Y eso que no soy seguidora de Samanta. Pero estoy con ella. Yo puedo querer mucho a mis hijos, juego con ellos, vivo sus locuras y llego a comportarme como ellos. Pero no dejo de ser mujer y persona. Quienes la han criticado la han tildado de egoísta. No entiendo por qué esta sociedad trata a quien piensa en sí mismo como egoísta. Si te amas a ti mismo, de una forma sana, serás capaz de amar a los demás, decía Ortega y Gasset. Lo dijo Ortega y lo pudo decir perico el de los palotes. Porque así es. Pero juzgamos, de nuevo, bajo los prejuicios constantes de esta sociedad marcada por la familia como bien supremo. La familia tradicional. Si miramos a otros animales, la familia es un núcleo, cuidan y dejan ir a sus hijos libremente. Pero mientras tanto, son ellos, ayudados por la comunidad, en algunos casos, quienes los protegen. Porque saben que son el futuro.

Tener hijos supone la perpetuación de la especie. Admiro a quien decide no tenerlos porque es capaz de no necesitar verse reflejado en el futuro a través de los hijos. Se podría también tildar de egoístas a quien quiere tenerlos. Pero yo no voy a caer en ello. Yo respeto las creencias y opiniones y respeto a Samanta. Es necesario que haya quienes entiendan que los hijos son lo mejor y otros que no, pero eso no les hace ser mejores o peores. Tener un hijo condiciona tu vida en lo que puedes o no puedes hacer; en lo que gastas, en lo que eres. De hecho, sólo tenemos que pensar en nuestras madres y, ahora, en nosotros; en cómo nos abandonamos cuando llegan los hijos, dejamos de cuidarnos. Hoy cada vez menos, pero lo hacemos.

Curioso también es que valoremos el club de las malas madres, pero no lo que dice Samanta ¿Por qué? Muy simple, Samanta ha hecho no de mala madre, sino de mala mujer.

Y el que no quiera verlo que no lo vea; los hijos te dan muchas cosas, pero hay que saber reconocer que condicionan otras y no llevarse siempre las manos a la cabeza por opiniones que rompen con nuestros moldes.

miércoles, 1 de febrero de 2017

"CARIÑO, NO SÉ QUÉ HACER"

Hay un anuncio de una empresa de alarmas que me trae muerta. Muerta de risa. Es de esos que simulan una situación. La mujer llama a su pareja: “Cariño he llegado a casa y la puerta estaba forzada y entreabierta; he podido ver que todo estaba desordenado, pero no me atrevo a entrar. Llámame. No sé qué hacer” O algo así.

Me parto ¡Hostia! ¡Llama a la policía, puñetas! La publicidad se está contagiando de esas mujeres que no se enteran de nada. Aunque la Mato no llamó a su marido corriendo para decir “cariño, llámame, he encontrado un Jaguar en el garaje”.

Ya puestos a hacer el idiota podían haber imaginado que la mujer sacaba del bolso una linterna y se deslizaba por la casa a oscuras buscando a los ladrones. Lo de la linterna es una pequeña licencia, un homenaje a esas series o películas en las que los agentes siempre entran a oscuras y acabo preguntándome si es que no saben dónde está el interruptor; podrían al menos comprobar si está a la izquierda o a la derecha, o es que siempre se va la luz en ese preciso momento. Y yo no paro de decir al televisor: "encender la luz, que no veo nada"

Yo es que si me roban, llamo a la policía y luego ya al seguro. No sé ustedes.