miércoles, 22 de febrero de 2017

LA MATÉ PORQUE ERA MÍA

Una mujer más ha muerto por esa sentencia. Su ex pareja planeó esperarla para saltar ambos por los aires. Se aseguró de que el niño no estuviese ¡Menos mal! Algo de afán de supervivencia.

Pero está claro que ese afán de posesión, ese hasta que la muerte nos separe, ha hecho mella en muchos hombres y, no niego que, quizás, en algunas mujeres.

Una actitud que, además de estar anclada en la moralidad, me sugiere, en cierta forma, otras reminiscencias. Se trata de una actitud poco evolucionada: la lucha de un macho por una hembra, mientras ella permanece a la espera. Decide la fuerza.

Sin embargo, el hombre ha evolucionado y la mujer hoy sí decide. Las mujeres hemos evolucionado y decidimos con quién o con quién no queremos estar y de qué manera. Eso cuesta asumirlo, por algunos. Pero tendrán que hacerlo, si no quieren quedarse atrás. Los seres racionales evolucionamos. Otros aún están estancados en su moralidad y en su animalidad.

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