martes, 8 de enero de 2019

LOS HUMANOS NO SOMOS PELUDOS

Parece que hay un movimiento denominado Januhairy con el que se reivindica que las mujeres dejen de depilarse en el mes de enero para mostrar que no es necesario, para que se acepte el vello en la mujer; se trata de una manifestación de emponderamiento de la mujer.

¡Y vuelta la burra al trigo! ¡Ay qué cruz! Una cosa es que la mujer durante siglos haya estado sometida a un deber ser, a un estereotipo, propiciado por la organización social, y otra muy distinta que hasta la evolución sea machista.

Porque sí, señoras mías, el ser humano es el primate que perdió el pelo; no somos peludos, porque evolucionamos.

El afán por quitarnos el pelo tiene un origen histórico y tiene que ver con la evolución de la especie. Son muchos los científicos que han buscado una explicación y existen varias líneas: el acercamiento al agua, donde el pelaje era un impedimento; la migración a la sabana, para evitar golpes de calor; el fin de los parásitos e incluso la comunicación, ya que el pelaje impedía ver reacciones y su eliminación activó el tacto y el contacto entre humanos.

A medida que se imponía la perdida de pelo había tribus que, incluso, abandonaban a los bebés peludos (machos o hembras).

Por otra parte, cada cual que haga lo que quiera. Si una mujer o un hombre quieren dejarse pelo por todos lados son libres de hacerlo. Evidentemente, cada época tiene una valoración estética; de no haberla no habría ni buena música, ni buenos libros, ni buen nada: y tampoco las he visto salir en contra de los desfiles de moda.

Como ya dije en una ocasión (30 de mayo de 2017) que no me vengan dando lecciones de feminismo por ese lado, por favor. Que no me vengan diciendo que me lo imponen y que una mujer con pelos rompe tabúes. Por ahí no. Romper tabúes es otra cosa muy distinta y pasa primero por no estar obsesionada.

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