viernes, 20 de enero de 2017

MEDÍRSELA

Voy a hacer un ejercicio de mala mujer al que seguro, seguro, nadie va a contestar. Bueno, no contestáis nunca y mira que provoco. A lo que voy: ¿Cuántos de los hombres que leen esto se la han medido? Ahora ninguno. Ya, y luego a fanfarronear.
Lo que no sé es cómo lo hacían.

Sí. Que sí. Estoy hablando de la polla, verga, manubrio, minga, chorra, peluchín o como lo quieran llamar con todo el cariño del mundo. Porque hay quienes le ponen nombre y todo.  Vosotros no os la medís y nosotras no nos masturbamos. Que sí, hombre. Que sí.
También podría preguntar cuántas mujeres se interesan por el tamaño.  También. Porque haberlas haylas.

Siempre hablamos de que el tamaño no importa. Sin embargo, recuerdo que antes los chicos jóvenes se escondían para medírsela y comparaban. Ahora no sé, con tanta postverdad y esas cosas. Las mujeres también, pero menos, ya que era cuestión de tetas. Aunque, creo, que lo de la comparación en cuanto a dimensiones viene más unido al hombre. Nosotras preguntábamos sobre la talla que usábamos y las que tenían mucho nos quejábamos y las que tenían poco también.

Al final debe ser cuestión mental. Vosotros tenéis cierta obsesión con las medidas, las exactitudes y nosotras andamos más por la calidad, que puede ser más subjetivo. Aunque seguro que me equivoco.

Na, preguntas que me surgen un viernes y que no van a tener respuesta ¿O sí? No hay.
 

 

1 comentario:

  1. Muy real tu articulo...! eres autentica!...hay que quitarle ese misticismo negativa a muchas cosas naturales.lo que tu expones muy sencillamente es un buen dato sociólogico de los que perjuicios nefastos no se habla.
    Enhorabuena por tu excelente Blog, Marta
    Apertas agarimosas

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