¡Cuándo vamos a admitir nuestros deseos o nuestras
necesidades! Es curioso. De vez en cuando hay que reponer las bolitas chinas,
muy terapéuticas, por cierto. Ah! No aconsejo las texturizadas. Como en Tudela
han cerrado los sex shop, asunto un tanto relevante, y no sabes si en todas las
farmacias las tienes (no es cuestión de ir una por una preguntando porque se
decía que había una farmacia que se negaba a distribuir preservativos o
píldoras)
pues acudes a Internet. Y allí
te encuentras, además de un montón de cosas, que habrá que probar algún día,
con el mensaje siguiente “envíos discretos”.
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Cerrado. El otro fue sustituido por una lavandería. Cosas de Navarra |
¡Qué pasa! ¿Estoy cometiendo un crimen? Oiga que los que
cometen crímenes andan a sus anchas y no tienen nada de discretos. ¿Me tengo
que avergonzar yo? Pues no me
avergüenzo.
Me parece bien que nadie tenga que saber dónde compras, pero
es curioso que esto sólo ocurra en un tipo de comercios. No, si va a ser que
todos somos unos beatos y mantenemos las costumbres ancestrales de la procreación.
¡Y un cuerno!
Marta, creo que es un prejuicio que aún sigue vivo en nuestro subconsciente por muy liberados que nos creamos.La " labor colonizadora" de mentes que hizo la Iglesia en nuestra infancia deja un poso que aunque lo tengamos adormecido, despierta y nos pone tontos.Creo yo.
ResponderEliminarBuenos temas los de tu Blog, Marta.
Apertas agarimosas