Estoy en un sin vivir porque puse una nota en un día del
calendario y no tengo ni idea a qué se refiere. Sí, soy todavía de notas
escritas aquí y allá. Lo malo de esas notas es que pongo una sola palabra como
mensaje escueto que llame al cerebro y, esta vez, el cerebro se me ha quedado en pausa o
no responde. Normalmente funciona. Es verdad que al principio suelo preguntarme
qué puñetas he puesto (a veces no entiendo mi letra), cuando descifro la
palabra, empiezo a intentar recordar qué quería decir con ello porque soy algo rebuscada y, de repente, el engranaje
entra en el hueco preparado al efecto, se enciende la luz de la conciencia, el
recuerdo o yo que sé. Y vaya alegría que te das. Pero esta vez como que se me
ha bloqueado.
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Mi hija sí que sabe poner notas |
A veces me pregunto cuál es el mecanismo cerebral mediante
el cual pasan estas cosas o cómo somos capaces de preguntarnos y volvernos
locos buscando las llaves que llevamos en la mano, las gafas que llevamos
puestas, el teléfono con el que estamos hablando. Yo lo reconozco, soy
culpable. Me ha pasado muchas veces. Y a vosotros también y lo sabéis.
Puede que alguno quiera ver en ello ciertas cuestiones
psicológicas de falta de atención; al final yo lo que veo es que si aparecen
las cosas, te echas unas risas contigo misma que bien vale la pena el susto
inicial.
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