sábado, 10 de diciembre de 2016

CONCIENCIACION O TIRARME LA PELOTA

Tengo en la cocina una de esas despensas, de las de antes, cuyo horizonte se pierde a la vista. Es una despensa sin fondo, cabe y cabe y cabe. Como no tengo muchos utensilios de cocina, no sabría qué hacer con ellos, en esa despensa meto de todo; y cuando digo de todo, digo de todo lo imaginable en una casa. Hasta puedo meterme yo. Entre esas cosas están lo que llamo concienciación.

¿Qué es eso?  Pues bolsas y más bolsas con cosas. Y es que los ciudadanos estamos cada vez más comprometidos con  el reciclaje, pero ¿dónde metemos tanta concienciación?
Hay que bajarlo poco a poco

Porque además de la bolsas donde guardamos el papel, envases y vidrio que luego separo, están los tapones, el aceite, la bolsa de pilas usadas, lápices para llevar al colegio, tinta, mecheros, ropa y calzado, medicamentos para el Sigre, una bolsa con bolsas y hasta anillas de latas para hacer manualidades: luego los aparatos y muebles para el punto limpio… ¿Quién da más?  A este paso necesito una casa para el reciclaje. Y el problema es que, cuando algo se hace inservible te preguntas: ¿y esto dónde irá?

Así que no sé si esto es concienciación o que alguien me está echando la pelota a mi tejado, como si no hubiese otra cosa por hacer que guardar basura.

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