Aunque el dicho dice mujer al volante peligro constante, las
estadísticas dicen que somos mejores conductoras, más respetuosas y todo eso.
Pero da la casualidad que las malas mujeres vamos adquiriendo ciertas malas
costumbres o, quizás, sea naturaleza reprimida. Yo suelo ser muy respetuosa
conduciendo, pero porque llevo la ventanilla subida y siempre tengo una sonrisa
en los labios, incluso cuando estoy jurando. Porque si me oyeran lo que puedo
llegar a decir al volante, los exabruptos y delicadezas varias que salen de mi
dulce boca sonriente, rompería las estadísticas y algo más
Y si me encuentro a alguien que me intenta dar indicaciones
con la mano, también le sonrío, aunque me esté cagando en todo lo que….
Pero a lo que vamos, que el coche, se quiera o no, libera mucho,
juras, cantas y muchas cosas más que no es momento de especificar ¡Vamos!, que
después de una buena sesión de coche, sales como nueva.
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