sábado, 3 de diciembre de 2016

MUJERES SEXUALES

Hace unos días, hablando con un hombre, me comentó que una de las diferencias entre el hombre y la mujer es que nosotras somos más sexuales, más eróticas. Una apreciación, dijo, que le costaba comentar con nosotras porque las mujeres saltábamos como locas ante esa definición. Evidentemente, a mí me lo dijo; debo ser una mujer un poco extraña: una mala mujer, no me cabe duda.

Yo le dije que, quizás, tuviera razón, pero que le faltaba algo. Le faltaba añadir que no sólo somos sexuales y que, posiblemente, fuese eso lo que más molestaba.

Mejor que esto ya es.
En realidad, pensándolo bien, las mujeres tenemos más puntos eróticos que los hombres, un cuerpo más flexible y unas curvas mas marcadas. Aunque a mí me siguen poniendo más los hombres. Desmond Morris, el antropólogo, ya señaló que una de las claves de evolución de la mujer fue la sexual. Nosotras ya no somos como las hembras animales, no tenemos celo; aclimatamos nuestro sexo para lograr algo. Quizás por eso nos lo han querido limitar.

No entiendo por qué nos molesta que nos llamen sexuales o eróticas. Eso no quiere decir que no seamos otras muchas cosas. Quizás nos molesta porque el sexo se ha visto siempre como pecado, a no ser que fuese para procrear, y nos lo han metido bien en la cabeza.

A mí no me importa que me definan como un ser racional (bueno, habrá quien lo discuta y no me extraña), sentimental y sexual. Cuantas más cosas seamos mejor. Hay que aprovechar todo lo que se nos ha dado.

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