viernes, 23 de diciembre de 2016

LA NAVIDAD DE UNA MALA MUJER

La Navidad para una mala mujer está repleta de contradicciones porque hay demasiadas convenciones, pero que asume con total naturalidad. Porque sabe que es mujer y, a veces, madre.

Si le toca cocinar la cena de Navidad no se complica la vida con miles de platos y chucherías varias y va a lo práctico: qué gusta y qué empapa, esto es esencial: una buena ensalada bien repleta de tropezones, unos gambones y un chuletón como Dios manda. Se acabó, y ahora que alguien me diga que se queda con hambre.

Luego está el momento de la llegada de Papa Noel o los Reyes o el Olentzero que aquí no hacemos ascos a nadie y menos si son hombres. Una mala mujer entiende que estos pobres están hasta el moño de leche y dulces. Así que va pensando cambiar el menú a estos pobres trabajadores porque es injusto. Así que empieza a comentar a sus hijos que ya sería hora de poner un poquito de cava, una cervecita, un poco de chorizo o salchichón, jamón y queso. Seguro que los agradecerán esto mucho más: ¡dónde va a parar! Que la noche es larga y el azúcar se sube mucho, sobre todo a ciertas edades. Para el año nuevo, ya no quiero ni pensar lo que hará esta mala mujer.

Feliz Navidad

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