miércoles, 10 de agosto de 2016

El CABECERO DE LA CAMA

No he sido capaz ni de alisar las sábanas. ¡Será posible!
Mi cama no tiene cabecero. Las razones son dos, y son consecutivas una de la otra: primero porque valía dinero y segundo porque no tenía muy claro para qué servía.
Así que, pensándolo bien, me dije un día “ a ver si Google tiene la respuesta a la practicidad o inoperancia del cabecero. ¡Oye, pues las hay! Respuestas de todo tipo. ¡Este Google es la leche! Ya puedes preguntarte lo que sea que hay una respuesta o, incluso, muchas más y de distinto matiz. No sé cómo lo hace. Un día voy a tener que intentar ligarme a un informático para que me explique el tema.
¡Yaaaa! Sería más adecuado apuntarme a un cursillo; pero no me dirán ustedes que cualquier explicación resulta mucho más satisfactoria en la cama ¡DONDE VA A PARAR!

1 comentario:

  1. jajajaja, totalmente de acuerdo,... todo se aprende mejor cuando estás relajada,...

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