domingo, 14 de agosto de 2016

MI TOQUE ESPECIAL EN LA COCINA

Mi cocina tiene un toque especial y no es por las comidas. El toque: no pasa nada si se te van las ganas. Y es que cuando llegué hace dos años a mi piso, arreglé el baño (qué tendrá que ver con la
Todo real, como verán
cocina dirán, esperen). Cambié la bañera por ducha y lo alicaté con azulejos rojiblancos, como buena atlética. Bueno me lo alicataron. Pero tuve un fallo enorme, dejé un metro sin azulejos y tuve que pintarlo. Eso sí que lo hice yo. No les digo cómo quedó, no me quedaron los bordes muy rectos, pero tampoco pasa nada. La perfección no existe. Ya puesta, y como quedaba pintura, me dije: ¡Vamos a por la cocina! Ya experimentada, antes de nada, y no como en el baño, puse la cinta de pintor para intentar no salirme de la raya. Pasados dos años de aquel eufórico momento, la cinta de pintor sigue en la cocina y la pintura en el bote. Como habrán podido imaginar, la cocina sigue sin pintar, pero tiene mi toque especial: la cinta adornando la pared. Y no pasa nada, siempre puedo decir que estoy en ello. Ya llegará su momento.


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