Pero a lo que iba, que me pierdo. ¿Por qué alguien al que le
gusta una buena conversación, un debate tiene que ser aburrido hasta las
trancas? ¿Por qué debates y conferencias parecen hechos para gente seria y sosegada, que después de escucharla se va a casa a seguir reflexionando y leyenco? Pues no. Los griegos bien que lo
sabían, mezclando la justa medida de pensamiento con un toque dionisíaco.
Así
que, no tengamos prejuicios con todo; que a un buen debate puede suceder una conversación intensa en
la barra de un bar con unos pinchos y diferentes puntos de vista. Pero, eso sí,
las divergencias deben subsanarse poco a poco, birra va birra viene, mientras solicitas
un buen pincho al dispuesto camarero o camarera, hasta llegar al Asturias Patria querida y
ahí, fijo, todos tan amigos y los puntos de vista divergentes se van quedando adormecidos.
Así que vecina de blog y de cuerpo, pues somos las mismas, a veces, no está mal equivocarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario