martes, 29 de noviembre de 2016

JUGUETES DE NIÑOS Y NIÑAS

Con la Navidad llega la consabida retahíla sobre los juguetes de niños y niñas y la necesidad de eliminar diferencias. Los mayores nos empeñamos en ello, cuando los peques lo hacen de forma natural. Queremos imponer nuestra visión igualitaria, cuando ellos son diferentes unos de otros. A mí nunca me gustó el rosa y, al final, a mi hija le encanta el rosa, aunque va empezando a cambiar y le encantan las armas láser. Hay a niñas que les gusta el fútbol y a otras que no. Hay niños a los que les gustan las  muñecas y otros las detestan, del mismo modo que las niñas pueden llegar a detestarlas. Bueno y ya los peluches, no sé en que lugar los ubicaríamos. Porque quienes los ubicamos somos nosotros.

Los juguetes son para jugar. Lo que quizás tengamos que cambiar  no sean los juguetes de los niños, sino nosotros y nuestras actuaciones, nuestras apreciaciones del mundo, nuestro modo de juzgar a nuestros semejantes; quizás lo que tenemos que hacer es jugar con ellos, correr con ellos, saltar y, sencillamente, darles un juguete, que ellos ya sabrán como interpretar el mundo que les rodea. Ellos actuarán con ese juguete en función de lo que hayan aprendido de nosotros.

Yo no voy a inculcar una igualdad impuesta. Lo que me interesa es que observe el mundo con los ojos bien abiertos y que entienda que somos iguales en derechos, aunque nuestros cuerpos sean diferentes. Porque nuestras niñas, por muy iguales que sean, serán mujeres diferentes unas de otras que, quizás, tengan hijos y, en eso, por ahora, en el parir, ganamos nosotras. Os chinchais, que no sabréis nunca lo que es eso.
Me he ido de un lado a otro, pero bueno, soy así.
 

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