domingo, 13 de noviembre de 2016

¿QUIÉN NOS HA HECHO CONSUMISTAS?

Ayer me paseé por el mercadillo de mi ciudad. Supongo que todo el mundo se habrá dado cuenta que casi todos los puestos están dirigidos a las mujeres; alguno hay de hombres, pocos, muy pocos, y alguno muy especializado. En general, el reclamo va dirigido a nosotras, que nos han convertido en compradoras de ropa y más ropa. Quizás los hombres compran otras cosas.

Reconozco que casi caigo en la tentación, por ese barato, barato: ¡cómo no vas a comprar y aprovechar la ganga! Pero me dije ¿para qué? Si tengo lo que necesito.
Algún hombre también se ve

Las mujeres deberíamos reflexionar, de vez en cuando, sobre nuestros propios defectos. Sí, porque son defectos con consecuencias más allá de las que, a veces, nos paramos a pensar: consecuencias, por ejemplo, ecológicas. Algunos dirán que la economía se mantiene con el consumo, pero ese consumo llevó también a la desaparición de muchas empresas españolas con la llegada de mercados donde la ropa era más barata y tenías más cosas, por menos precio. Y sigo diciendo ¿para qué?

No sólo hay que reflexionar de forma económica, también psicológica: ¿por qué compramos? ¿Nos sentimos mejor? ¿Nos sentimos más mujeres por tener mas trapos con los que adornar el cuerpo? ¿No es éste suficientemente bello? ¿O estamos adornando nuestro ser?

¿Por qué? Total, que no compré nada y me fui a tomar una caña con el dinero que me ahorré en un par de calcetines y unas bragas. Mucho mejor ¡Dónde va a parar! Me gané una distendida conversación.

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