Amores de barra, decía otra canción. |
Pues a mi eso no me cuadra. Como mala mujer, estoy hasta las
narices de tener que ser cuidadosa y discreta en mi actitud ¿Acaso nosotras no
podemos estar tristes y decidir acercarnos a un bar a llorar las penas? Ya sé, no se me
amontonen; ya sé que eso no arregla nada, que el alcohol te deprime más, que es
malo para la salud, para las neuronas. Que eso ya lo sé; pero ¡oigan!, quién
sabe, a lo mejor en esa barra encuentras a alguien que te alivie las penas por
una noche. Y no están las cosas como para perder oportunidades. Lo mismo debéis pensar los hombres. ¿No?
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