Muy habitual en mí esta imagen. |
Pero lo curioso de todo ello es cómo se evoluciona; mientras
yo me dejo las puertas abiertas, dándome porrazos continuamente, mi hija va
cerrándolas, como si hubiese aprendido por observación. Y así es como cuando dejo alguna puerta abierta para airear una
habitación, mi hija va detrás cerrándola. Y al preguntarle por qué la cierra, ella me dice, sencillamente, porque estaba abierta. Ya verás, al final tendré
que aprender de ella y cerrar algunas puertas. Quizás también ella tenga que
aprender a dejar algunas abiertas. No sé, a lo mejor todo esto es cuestión de
saber qué puertas dejas abiertas y cuáles debes cerrar.
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