domingo, 9 de octubre de 2016

EL DILEMA EXISTENCIAL RESUELTO EN WASHAP

No hace mucho leí en Facetbook que se había descubierto el dilema sobre qué fue antes el huevo o la gallina. No sé yo; era de guasa. La verdad es que yo sigo con mi otro dilema, mucho más real, más inquietante, que te abruma, te acongoja, te hace dudar, lleva tu mente a ir de izquierda a derecha mientras observas, detenidamente, frente a ti la gran cuestión: ¿qué es antes el huevo o la harina?

Sí, porque siempre me pasa cuando voy a empanar o como diablos se diga en lenguaje culinario (mira que lo de culi se las trae, aunque tenga su explicación etimológica). Y ahí estoy yo, frente al plato de huevo y al plato de harina, esperando que me digan algo sobre su condición, y no me dicen nada, los muy puñeteros. Y tengo miedo de poner uno y que sea el otro el primero, porque luego mis chicos se ríen de lo mal que cocino. Todavía tengo la tintinela de mi hijo con el pollo que se me quemó un poquito, una pizquita nada más. Pues no para de recordármelo.

Así que pillo el teléfono y pregunto al grupo de las mamis; y me resuelven medianamente el problema. Digo medianamente porque luego siguen que si se puede hacer aquello o lo otro; cosa que a mí ya no me preocupa, bastante tengo con hacer lo que tengo entre manos y que no se me queme. Aunque, debo reconocer que será hasta la próxima que vuelva a dudar de qué es antes. Porque ¿Qué es antes el huevo o la harina?

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