viernes, 21 de octubre de 2016

MUJERES Y NADA MAS

Hace tiempo que quería dedicar un espacio a esas mujeres que deciden no tener hijos por elección; no porque los hijos puedan entorpecer su carrera profesional, ni por motivos de otra índole, sino porque deciden que no quieren y ya está, porque no les va tener niños. Debo decir que chapó por ellas, tienen las narices de decir al mundo que pueden realizarse, que pueden vivir sin hijos, que no es lo más importante en esta vida, que hay otras percepciones.

Me encanta porque rompen moldes; rompen con una concepción de la mujer como madre. Mucha gente no las entiende, y tienen que oír aquello de los hijos son los mejor de este mundo, sin los hijos no hay objetivo en esta vida, cuando seas mayor te vas a arrepentir y se te habrá pasado el arroz.

Y mientras, las que tenemos hijos andamos como locas estresadas, intentando compaginar trabajo y familia, pensando cómo vamos a pagar los estudios, cómo puñetas educarlos, que si salen, que si vienen tarde, que qué les hago de comer. Normal que ellas nos vean como bichos raros a nosotras y más las que andamos con la cabeza un poco desordenada porque se preguntarán: qué interés hay en prolongar genéticamente dicha especie de desorden.
Y, además, está otra cuestión. Aquellas que tienen una familia siempre llegan agotadas a casa y el plan de la noche se queda en dormir; mientras, las otras no tienen plan en la cama, pero no están agotadas y pueden intentar algo saliendo por ahí, aunque la cosa debe andar complicada, según me cuentan, las sin hijos.
Si es que habría que organizar esto de otro modo.

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