miércoles, 19 de octubre de 2016

MI ADMIRADO REVERTE. SÍ

Como sale su nuevo libro, se me ha ocurrido hablar de él. Hay algunas mujeres que se sienten molestas con Arturo Pérez Reverte. Yo no soy de ésas. Tengo incluso un apartado en mi librería sólo para él. Me gusta su descaro al escribir y porque se atreve a decir lo que muchos no quieren oír. El puede. Es verdad que, a veces, expresa ciertas predilecciones en cuanto a la mujer, que pueden ser mal entendidas; si me limito a entenderlas al pie de la letra, evidentemente, no son la mías, porque  no cumplo con
ninguna de ellas. Como describió en un artículo, echaba de menos aquéllas diosas del celuloide, con tacones imposibles, perfectas y armoniosas. Evidentemente, Reverte jamás las vio al levantarse de la cama. Tampoco se refería a ello. He de admitir que a mí también me gustan: están divinas tan glamorosas, pero, cálzate Reverte esos zapatos durante todo el día y no sé si acabas divina.
La apariencia es una cosa y la realidad es otra. A mi no me gustan las apariencias; he aprendido, y me ha costado, que soy tal cual y así lo muestro. Puede no gustar, lo admito; pero mientras no haga daño a nadie.... Y a mí sí me gusta que me abran puertas, fundamentalmente porque, de no ser así, me doy con ellas; del mismo modo que yo las abro a otros, con mejor suerte para ellos. Tampoco me importa que no le gusten las mujeres como yo. Hasta lo entiendo. Somos odiosas; por nuestro descaro. Y eso, qué puñetas, no es malo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario