Sí, soy yo con un tartazo en la cara. Porque no me importa reírme de mí misma. |
En cuanto a reírse de uno mismo es la mejor terapia que uno
puede tener en este mundo perfecto en el que aspirar a ser el mejor es el
súmmum. Yo, en cambio, sólo aspiro a ser lo que soy, imperfecta, totalmente
imperfecta.
Habrá entradas que puedan herir la moralidad de algunos.
Están hechas para eso, justamente, ya lo siento; nunca he negado que soy una provocadora. Soy
así. No pretendo gustar a todo el mundo, ni ser admirada. Aunque no niego que,
a estos humanos imperfectos, alguna vez, nos apetezca gustar a alguien. Es
imposible vivir sin el otro. Pero eso no depende de nosotros. De cada uno
depende sólo quererse a sí mismo.
A ver si así los de Facebook dejan de bloquearme.
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