Que de repente me invadió internet la cabeza; o lo que es lo
mismo empecé a echar en la mancha todo lo que tenía por la despensa: vinagre,
arroz, harina, leche, para luego pasar al baño y localizar el alcohol y el
talco, volví a la cocina y rescaté el lavavajillas y ya, al final, con un
montón de productos rodeando la camiseta, con una mancha que ya no era una,
sino tres mil, me eché a reír viendo el espectáculo montado.
Ya no sabía qué más podía poner encima. No se me ocurrió. |
La culpa la tienen esos que no hacen más que dar consejos
sobre cómo quitar manchas, luego te lías y ya no sabes si lo que vale es la
leche para el vino, el talco para el bolígrafo, el titanlux para la pintura o
es mejor la tijera para cortar de raíz el problema.
Cachis, la solución era muy sencilla. Tenía que haber bebido
cerveza, que no mancha.
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