viernes, 14 de octubre de 2016

POR FIN UN TÍO BUENO

Que sí, que es cierto, que hoy había un tío bueno en una obra de carretera de esas en las que te paran con un stop para regular el paso y en las que te aburres una barbaridad. No es una leyenda, es cierto. Y se agradece ¡Qué puñetas! Ya era hora que, al menos, ya que te paran durante un ratito, tengas una buena perspectiva. El ser la primera ante el stop y el tiempo que ha transcurrido, me ha permitido apreciar sus formas: alto, bien proporcionado, moreno de pelo con un corte desordenado, no largo, pero sin una forma definida; mirada profunda, a la par que descarada; ojos tirando a almendrados, pero sin llegar a serlo, oscuros. ¡Na! que estaba para hacerle un favor y no tenérselo en cuenta. He estado a punto de decirle un piropo y de bajarme a hacerle una foto. Pero me he reprimido, y eso que me daba tiempo.


Ni comparación, si le llego a hacer la foto....
No es la primera vez que lanzo piropos; lo hice hace poco, desde el coche a una amiga que pasaba por un paso de peatones. Si es que no tengo remedio. La verdad es que empiezo a pensar que se me está agudizando el macarrismo.

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