Uno de mis cajones de la cocina. Sí de la cocina. |
Gracias a Dios (o mejor dicho, al diablo por mala mujer) lo
que te quitan de orden, te lo dan por otro lado; y es así como las malas
mujeres desordenadas logran desarrollar una memoria fotográfica fuera de lugar,
consiguiendo vislumbrar dónde se encuentra el utensilio que estamos buscando.
Lo malo es que esa memoria suele funcionar con efecto retardado y lo recuerdas
siempre al día siguiente u horas después. Pero lo encuentras, y la satisfacción
que supone, no te la quita nadie. Ahora ando buscando unas tijeras de costura
que han ido de un lado a otro; no me preocupa porque sé que aparecerán en
cualquier lugar, un día u otro. A ver cuándo se me enciende la lucecita exacta.
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