sábado, 10 de septiembre de 2016

¿QUE NO SABEMOS APARCAR? ¡JA!

Lo siento chicos, vais a tener que cerrar esa boquita porque sabemos aparcar hasta en los lugares más inaccesibles. Vale que una está curtida en la falta de aparcamiento que existe en el centro de Tudela, donde vivo, y, por tanto, si encuentras un hueco más vale que lo aproveches como sea. Y eso que mi coche no es pequeño, un Peugeot 407 de 11 añitos, lo compré con 10; así están las cosas, como para tener garaje.
Le hace falta un lavado, pero bueno.
El caso es que, a mediodía española (dos de la tarde o más), llegaba a casa de un triangular de fútbol que había jugado mi hijo con el Tudelano, ganando, todo hay que decirlo, para algo una es madre. Sabía que Tudela celebraba el Mercado medieval, justo alrededor de donde vivo, con lo que tenía pocas esperanzas de aparcar. Sin embargo, encontré la lotería del hueco y era imposible eludirlo, aunque era pequeño. Eso o irme a unos 600 metros cuesta arriba, con el peso de ciertas compras realizadas. Y lo logré. Salí satisfecha del coche y, de repente, alguien desde una ventaba me felicita; era una señora que había apostado con su hijo si era chico o chica la que estaba logrando aparcar en ese hueco tan pequeño. Como comprenderán la madre dijo chica y ganó ella. ¡Chupad del frasco carrasco! ¡Morded el polvo que os vamos a superar! La necesidad, como siempre.

 

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