Se me va la pinza. Esto venía a raíz de mis piernas,
delgadas sí, pero perfiladas. A mí me gustan. No quedan mal con una minifalda;
lo malo es que no puedo saltar. Otra vez que me voy del tema. Si se observan
las piernas al detalle, o en días como hoy en las que ya me he vuelto a meter
donde no debía, se aprecia el desastre: la colección de pequeñas marcas que van
quedando en ellas, producto de unas zarzas, como las de la foto de ayer, otras de una caída, un golpe
con la puñetera esquina de la cama, una noche de juerga o unas sábanas de hotel
excesivamente duras para la práctica de ejercicio nocturno. Buff! La de
historias que llevan mis piernas en cicatrices cuando las miras. Si es que no tengo cuidado. Como siga así voy a tener que acabar diciendo que la belleza está en el interior. Bueno. Y tus piernas . ¿Qué tal?
No hay comentarios:
Publicar un comentario