viernes, 30 de septiembre de 2016

ES QUE VA A SU BOLA

El otro día, en el bar que está debajo de mi casa, donde tengo conversaciones muy interesantes con Rosa, una camarera dominicana encantadora, con esa mentalidad de mala mujer, como decía, vi entrar a una niña pequeña, de unos dos años, hablando y cantando, distraída de todo lo que había a su alrededor. Su padre iba detrás. Cuando me vio sonreír me dijo: hay que ir detrás porque va a su bola. Y como tengo la mala costumbre de que algunas frases me sugieran muchas cosas, esa frase de “ir a su bola”, en una niña pequeña, hizo volar mis neuronas, las pocas que me quedan.


¿Qué ha pasado para que perdamos ese ir a nuestra bola sin importar lo que gira a nuestro alrededor? Pues el padre que va a detrás que, al final, se pone delante y nos acaba diciendo que no se puede ir así, que tenemos que hacer lo que vemos alrededor y comportarnos como debemos. Desde que empezamos el colegio, allí ya nos uniformizan, dirigidos a ser todos unos niños inteligentes y aplicados, haciendo las cosas como se deben hacer, los comentarios adecuados y los análisis debidos. Y a partir de ahí viene todo lo demás, la creatividad disconforme empieza a ser moldeada.

Y es que los niños viven en su mundo, luego descubren el que hay alrededor y al otro, y se acabó lo que se dio.

Por eso me gusta caminar al revés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario