¿Qué ha pasado para que perdamos ese ir a nuestra bola sin
importar lo que gira a nuestro alrededor? Pues el padre que va a detrás que, al
final, se pone delante y nos acaba diciendo que no se puede ir así, que tenemos
que hacer lo que vemos alrededor y comportarnos como debemos. Desde que
empezamos el colegio, allí ya nos uniformizan, dirigidos a ser todos unos niños
inteligentes y aplicados, haciendo las cosas como se deben hacer, los comentarios
adecuados y los análisis debidos. Y a partir de ahí viene todo lo demás, la
creatividad disconforme empieza a ser moldeada.
Y es que los niños viven en su mundo, luego descubren el que
hay alrededor y al otro, y se acabó lo que se dio.
Por eso me gusta caminar al revés.
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